miércoles, 2 de septiembre de 2015

Hoy os traigo unos chorizos vegetales

Chorizos-veganos


La receta de los chorizos-veganos 
Vamos a preparar una cantidad considerable, si seguís mis pasos os saldrán entre 8 y 10 ristras de choricillos, lo que es ideal, puesto que son muy laboriosos de hacer. Conviene preparar bastante cantidad y congelar-los, para así poder disfrutarlos cuando nos apetezcan.
¿Comenzamos??
Ingredientes:
  • 1 kg. de gluten de trigo
  • 250 grs. de pan rallado
  • 250 grs. de arroz 
  • 2 cebollas grandes
  • 2 puerros
  • 2 ramitas de apio blanco bien limpio de hilos
  • 12 dientes de ajo
  • 200 grs. de tomates secos
  • 4 guindillas  de cayena
  • 1 cucharadita de bolitas de pimienta negra
  • 2 cucharadas de perejil picado fresco
  • 2 cucharadas soperas de orégano
  • 2 cucharadas soperas de tomillo
  • 2 hojas grandes de laurel
  • 1 cucharadita de curry
  • 6 cucharaditas de sal ahumada (se consigue en las grandes superficies )
  • Entre 8 y 10 cucharadas soperas de pimentón de la vera agridulce (pimentón ahumado) para el que guste puede sustituir la mitad  por el picante
  • Aprox. 1 vasito de salsa de soja
  • Aprox. 1 litro de agua
  • Sal marina integral al gusto
  • 1 vasito  de aceite de oliva virgen
Accesorios:
  • Hilo de cocina
  • Film transparente
  • 1 barreño grande
  • 1 olla baja y ancha para cocer los chorizos
  • 1 olla antiaderente ( o que no se pegue) para el arroz
  • Cuchillos de pelar y picar
  • 1 Mortero 
  • 1 tabla de picar verduras
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Lo primero, sumergimos nuestros tomates secos en agua para que se vayan hidratando.
En una olla que no se pegue la comida se pone medio vasito de aceite de oliva y el arroz con una pizca de sal. Deja sofreír lentamente sin que se queme. Añádele 2 dientes de ajos machacados en un mortero hasta que se quede en papilla, y 2 hojas de laurel. Deja dorar se ligeramente. En seguida con la misma medida que mediste el arroz, mide el doble de agua que le echarás. tapa la olla y vigila hasta que se seque. En unos diez minutos estará. Apaga el fuego  que el resto se cocerá por si solo. Tiene que quedar sequito y muy entero.
Mientras tanto, pelamos y cortamos muy finamente las cebollas y los puerros y el apio.
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Echamos 1 chorrito de aceite de oliva vírgen en una sartén, la llevamos al fuego, añadimos las cebollas y los puerros picaditos, una pizca de sal, y nos ponemos a pocharlo todo a fuego medio.
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Tenemos que sofreírlo, removiendo regularmente, hasta que esté todo bien pochado y doradito, aproximadamente unos 15 minutos.
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Cuando lo tengamos listo, apagamos el fuego y reservamos.
Ahora, en nuestro barreño, comenzamos a mezclar los ingredientes secos; primero ponemos el gluten de trigo y el pan rallado.
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Después, en cuanto tengamos listo el arroz, lo añadimos al barreño
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Es el momento de comenzar con las especias, agregamos directamente el orégano, el tomillo, el perejil, la sal ahumada y por supuesto, el pimentón de la vera y el curry.
Aparte, en un mortero, machacamos conjuntamente la cayena, la pimienta negra. Para echarlo también a nuestro barreño.
Mezclamos todo muy bien, preferiblemente con una cuchara de madera y comenzamos a integrar nuestros ingredientes húmedos. Primero la cebolla, el puerro y el apio pochados, después machacamos en el mortero los dientes de ajo con una pizca de sal y también los añadimos.
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Escurrimos los tomates secos (reservamos el agua de remojo), los troceamos y se los agregamos.
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Mezclamos todo lo mejor posible con la cuchara, por último vertemos 1 vasito de salsa de soja, (tener en cuenta de que la soja es muy salada) volvemos a mezclar y ya ha llegado el momento de añadir el agua, vamos echando agua poco a poco, según nos pida la mezcla, aproximadamente será 1 litro en total (podéis usar el agua de remojo de los tomates secos).
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Con la mezcla húmeda, se habrá formado una masa compacta y “chiclosa”, por ello, hemos de lavarnos las manos y comenzar a amasar para integrar y repartir bien todos los ingredientes. Podéis probar el punto en este paso, por si necesitase más sal.
Ya tenemos perfecto nuestro relleno para los chorizos !! Pues nos ponemos a embucharlos!!!
Cortamos un trozo del film de cocina, lo suficientemente largo para que quepan entre 8 y 10 unidades. Lo extendemos y en la parte inferior del mismo ponemos una parte de nuestro relleno, procurando estirarlo y cubrir toda la parte inferior, sin olvidarnos de dejar algo de espacio en los extremos.
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Ahora, sencillamente lo enrollamos en el film, procurando redondear el relleno en cada una de las vueltas.
Cortamos dos trozos de hilo de cocina y atamos los extremos, dejando siempre un pequeño hueco entre el nudo y el comienzo del relleno. Con los extremos “sellados”, modelamos nuestro chorizo para que quede lo más uniforme y redondo posible.
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Cuando tengamos nuestro chorizo bien formado, vamos cortando trozos de hilo de cocina para ir anudando el chorizo por partes e ir formando nuestros choricillos. Importante, no anudéis demasiado fuerte para evitar que se rompa.
Así tenéis que ir embuchando vuestros chorizos hasta terminar con todo el relleno, para estas cantidades como os he comentado antes, os saldrán entre 8 y 10 ristras, de entre 8 y 10 unidades cada una, por lo tanto, tendréis entre 64 y 100 choricillos en total, dependiendo de la extensión y la cantidad de relleno que pongáis.
Hacedlo con paciencia y cariño, es un trabajo laborioso, pero el resultado final merecerá mucho la pena.
Antes de terminar de formar todos los chorizos, procurad poner al fuego la cacerola más grande que tengáis, así el agua ya estará caliente cuando terminéis. Cubridla de agua hasta la mitad y encended el fuego a baja potencia.
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Cuando hayáis terminado de montar vuestros chorizos, subid el fuego para que empiece a hervir. Con mucho cuidado id introduciendo las ristras de chorizo que os quepan de una vez.
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Deben estar cociendo a fuego vivo un mínimo de 45 minutos, para que la textura y consistencia sean adecuadas, cuanto más tiempo estén cociendo, mas compactos serán los choricillos.
Una vez pasado este tiempo, limpiad el barreño y cubridlo hasta la mitad con agua muy fría, si puede ser de la nevera mejor. Con mucho cuidado y la ayuda de unas pinzas de cocina, id sacando las ristras de la cacerola y las vais introduciendo en el barreño con agua muy fría.
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Una vez tengáis las ristras enfriadas en el barreño y el agua ya se haya calentado, las escurrís y las dejáis reposar para que se templen del todo.
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Dejad en la nevera la cantidad que vayáis a consumir en los próximos 3 días, y el resto al congelador.
A la hora de comer estos deliciosos chorizos-veganos, están riquísimos simplemente pasándolos unos minutos por la sartén con un chorrito de aceite (de oliva, por supuesto). A mí me encanta acompañarlos con “alioli” y un poco de pan, también les va de fabula el “chimichurri”, los podéis hacer a la sidra, encebollados o incluirlos en alguno de vuestros potajes y/o guisos vegetales.
La verdad es que van bien con todo lo que se os ocurra!!!
Sé que es una receta muy laboriosa y requiere mucho tiempo, pero de verdad, os merecerá la pena, os lo aseguro. Además, no es una receta complicada ni difícil, solo requiere tiempo, paciencia y ganas.
Mucha suerte compañeros de camino, y a seguir cocinando vegetal!!! Pronto, muy pronto, quizás tan solo en una generación, más de la mitad de la población mundial seguirá una dieta vegetariana estricta, estamos despertando!!! Vuestros hijos lo verán y vuestros nietos lo disfrutarán!!!



Estos choricillos llevan de base gluten de trigo (seitán), por lo que no son aptos para celiacos, ni tampoco son especialmente saludables si basamos nuestra alimentación en estos productos, pero si estamos sanos, nos podemos conceder un capricho de vez en cuando…
Siempre será mejor comerse un chorizos-vegano, que comerse un chorizo tradicional. Además de la muerte, el sufrimiento y la devastación de nuestro planeta que lleva implícito el consumo de productos animales, no hemos de olvidar el alto contenido en grasas saturadas y colesterol. Aparte, por si no fuese poco, el ser humano tarda en digerir la carne nada menos que entre 20 y 40 horas, tiempo en el que parte de la misma se descompone y putrefacta en nuestro interior.
El proceso de putrefacción da lugar a los venenos de la carne: cadaverina, putrescina, aminas y otras substancias tóxicas. Estos venenos causan enfermedades en nuestro organismo provocando congestión en el sistema linfático y acumulación de líquidos y grasa. Los restos de carne no digerida pueden permanecer en nuestras pa­redes intestinales más de 20 años, lo que explica la frecuencia del cáncer de colon en los humanos “carnívoros”, prácticamente inexistente en los vegetarianos y los animales carnívoros, cuyo organismo está perfectamente preparado para digerir la carne, al contrario que el nuestro.
El cáncer de colon es otro nombre para el envenenamiento continuado por carne putrefacta.
Por ello, aunque últimamente existe una cruzada en contra del gluten, en parte para desviar la atención de lo verdaderamente dañino y a mi modo de ver “maligno”. Si no sois celiacos, el gluten no os hará ni la millonésima parte del “daño” que os podría causar la carne y en general, todos los productos animales…

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