lunes, 23 de febrero de 2015

ALBERT EINSTEIN EXCELENTE RESUMEN

Las notas escolares de Albert Einstein

A menudo se suele decir que Albert Einstein era un estudiante mediocre, nada más lejos de la realidad. Una idea equivocada que proviene de sus primeros biógrafos que confundieron el sistema de calificación escolar suizo, con el alemán (un seis en Suiza era la mejor nota).
Las notas escolares de Albert Einstein
Certificado con las notas obtenidas por Albert Einstein.

Con 6 años entró en la "Volksschule" una escuela pública católica de Munich, siendo el único judío de 70 alumnos. Allí Einstein fue el número uno de su clase con "calificaciones muy brillantes". En octubre de 1888 se matriculó en el "Luitpold Gymnasium" donde desarrolló un sentido crítico e independiente. En este instituto de bachillerato tuvo graves problemas con algunos de sus profesores por "un constante cuestionamiento de las afirmaciones de la religión y un libre pensamiento decidido". Un escepticismo muy poco común en aquella época, a decir del propio Einstein.
Tras numerosas polémicas con el profesorado causadas por la severa disciplina militar, en diciembre de 1894 con 15 años Einstein abandonó la escuela antes de tiempo y por tanto sin un título. Y es que el colegio no lo motivaba nada y aunque era excelente en matemáticas y física, no se interesaba por las demás asignaturas.
Las notas escolares de Albert Einstein
Albert Einstein en 1893, a la edad de catorce años.

Para poder completar su educación secundaria su familia le envió al "Kantonsschule" de la capital del cantón suizo de Aargau. Y en 1896 finalizó sus estudios. En octubre de ese mismo año realizó la prueba matura de acceso a la universidad, similar al examen de selectividad español y cuyo resultado se muestra en la fotografía que aparece al inicio de este artículo.
Las notas escolares de Albert Einstein
Calificaciones obtenidas por Einstein con 17 años.

Unas muy buenas calificaciones con una nota media de 5 (teniendo en cuenta que en Suiza el 6 es un excelente). También cabe destacar que no faltó nunca a una sola clase. Las notas máximas las consiguió en historia, álgebra, trigonometría, geometría y física. En las otras asignaturas sus calificaciones fueron más "modestas". Y es que la atención de Einstein se veía reducida en aquellas asignaturas que menos le interesaban como: Francés, geografía y dibujo. Pese a todo el que fuera considerado como un "alumno mediocre" por alguno de sus profesores, llegó a ser uno de los científicos más importantes del siglo XX.

La naturaleza de la realidad: encuentro entre Albert Einstein y Rabindranath Tagore
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El siguiente diálogo entre Rabindranath Tagore y el profesor Albert Einstein sucedió en la tarde del 14 de julio de 1930, en la residencia del profesor Einstein en Kaputh, Berlín. Da la sensación que después de este encuentro, el joven Einstein abrió su mente a la Verdad Suprema, entendiendo que la ciencia sólo existe como una creación humana, por lo que no puede contener la esencia del universo.
Einstein: ¿Cree usted en lo divino aislado del mundo?
Tagore: Aislado no. La infinita personalidad del Hombre incluye el Universo. No puede haber nada que no sea clasificado por la personalidad humana, lo cual prueba que la verdad del Universo es una verdad humana. He elegido un hecho científico para explicarlo. La materia está compuesta de protones y electrones, con espacios entre sí, pero la materia parece sólida sin los enlaces interespaciales que unifican a los electrones y protones individuales. De igual modo, la humanidad está compuesta de individuos conectados por la relación humana, que confiere su unidad al mundo del hombre. Todo el universo está unido a nosotros, en tanto que individuos, de modo similar. Es un universo humano. He seguido la trayectoria de esta idea en arte, en literatura y en la conciencia religiosa humana.
Einstein: Existen dos concepciones distintas sobre la naturaleza del Universo: El mundo como unidad dependiente de la humanidad, y El mundo como realidad independiente del factor humano.
Tagore: Cuando nuestro universo está en armonía con el hombre eterno, lo conocemos como verdad, lo aprehendemos como belleza.
Einstein: Esta es una concepción del universo puramente humana.
Tagore: No puede haber otra. Este mundo es un mundo humano, y la visión científica es también la del hombre científico. Por lo tanto, el mundo separado de nosotros no existe; es un mundo relativo que depende, para su realidad, de nuestra conciencia. Hay cierta medida de razón y de gozo que le confiere certidumbre, la medida del Hombre Eterno cuyas experiencias están contenidas en nuestras experiencias.
Einstein: Esto es una concepción de entidad humana.
Tagore: Sí, una entidad eterna. Tenemos que aprehenderla a través de nuestras emociones y acciones. Aprehendimos al Hombre Eterno que no tiene limitaciones individuales mediadas por nuestras limitaciones. La ciencia se ocupa de lo que no está restringido al individuo; es el mundo humano impersonal de verdades. La religión concibe esas verdades y las vincula a nuestras necesidades más íntimas, nuestra conciencia individual de la verdad cobra significación universal. La religión aplica valores a la verdad, y sabemos, conocemos la bondad de la verdad merced a nuestra armonía con ella.
Einstein: Entonces, la Verdad, o la Belleza, ¿no son independientes del hombre?
Tagore: No
Einstein: Si no existiera el hombre, el Apolo de Belvedere ya no sería bello.
Tagore: No
Einstein: Estoy de acuerdo con esta concepción de la Belleza, pero no con la de la Verdad.
Tagore: ¿Por qué no? La verdad se concibe a través del hombre.
Einstein: No puedo demostrar que mi concepción es correcta, pero es mi religión.
Tagore: La belleza es el ideal de la perfecta armonía que existe en el Ser Universal; y la Verdad, la comprensión perfecta de la mente universal. Nosotros, en tanto que individuos, no accedemos a ella sino a través de nuestros propios errores y desatinos, a través de nuestras experiencias acumuladas, a través de nuestra conciencia iluminada; ¿cómo si no, conoceríamos la verdad la Verdad?
Einstein: No puedo demostrar que la verdad científica deba concebirse como verdad válida independientemente de la humanidad, pero lo creo firmemente. Creo, por ejemplo, que el teorema de Pitágoras en geometría afirma algo que es aproximadamente verdad, independientemente de la existencia del hombre. De cualquier modo, si existe una realidad independiente del hombre, también hay una verdad relativa a esta realidad; y, del mismo modo, la negación de aquella engendra la negación de la existencia de ésta.
Tagore: La verdad, que es una con el Ser Universal, debe ser esencialmente humana, si no aquello que los individuos conciban como verdad no puede llamarse verdad, al menos en el caso de la verdad denominada científica y a la que sólo puede accederse mediante un proceso de lógica, es decir, por medio de un órgano reflexivo que es exclusivamente humano. Según la filosofía hindú, existe Brahma, la Verdad absoluta, que no puede concebirse por la mente individual aislada, ni descrita en palabras, y sólo es concebible mediante la absoluta integración del individuo en su infinitud. Pero es una verdad que no puede asumir la ciencia. La naturaleza de la verdad que estamos discutiendo es una apariencia – es decir, lo que aparece como Verdad a la mente humana y que, por tanto, es humano, se llama maya o ilusión.
Einstein: Luego, según su concepción, que es la concepción hindú, no es la ilusión del individuo, sino de toda la humanidad…
Tagore: En ciencia, aplicamos la disciplina para ir eliminando las limitaciones personales de nuestras mentes individuales y, de este modo acceder a la comprensión de la Verdad que es la mente del Hombre Universal.
Einstein: El problema se plantea en si la Verdad es independiente de nuestra conciencia.
Tagore: Lo que llamamos verdad radica en la armonía racional entre los aspectos subjetivos y objetivos de la realidad, ambos pertenecientes al hombre supra-personal.
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Einstein: Incluso en nuestra vida cotidiana, nos vemos impelidos a atribuir una realidad independiente del hombre a los objetos que utilizamos. Lo hacemos para relacionar las experiencias de nuestros sentidos de un modo razonable. Aunque, por ejemplo, no haya nadie en esta casa, la mesa sigue estando en su sitio.
Tagore: Sí, permanece fuera de la mente individual, pero no de la mente universal. La mesa que percibo es perceptible por el mismo tipo de conciencia que poseo.
Einstein: Nuestro punto de vista natural respecto a la existencia de la verdad al margen del factor humano, no puede explicarse ni demostrarse, pero es una creencia que todos tenemos, incluso los seres primitivos. Atribuimos a la Verdad una objetividad sobrehumana, nos es indispensable esta realidad que es independiente de nuestra existencia, de nuestras experiencias y de nuestra mente, aunque no podamos decir qué significa.
Tagore: La ciencia ha demostrado que la mesa, en tanto que objeto sólido, es una apariencia y que, por lo tanto, lo que la mente humana percibe en forma de mesa no existiría si no existiera esta mente. Al mismo tiempo, hay que admitir que el hecho de que la realidad física última de la mesa no sea más que una multitud de centros individuales de fuerza eléctricas en movimiento es potestad también de la mente humana. En la aprehensión de la verdad existe un eterno conflicto entre la mente universal humana y la misma mente circunscrita al individuo. El perpetuo proceso de reconciliación lo llevan a cabo la ciencia, la filosofía y la ética. En cualquier caso, si hubiera alguna verdad totalmente desvinculada de la humanidad, para nosotros sería totalmente inexistente. No es difícil imaginar una mente en la que la secuencia de las cosas no sucede en el espacio, sino sólo en el tiempo, como la secuencia de las notas musicales. Para tal mente la concepción de la realidad es semejante a la realidad musical en la que la geometría pitagórica carece de sentido. Está la realidad del papel, infinitamente distinta a la realidad de la literatura. Para el tipo de mente identificada a la polilla, que devora este papel, la literatura no existe para nada; sin embargo, para la mente humana, la literatura tiene mucho mayor valor que el papel en sí. De igual manera, si hubiera alguna verdad sin relación sensorial o racional con la mente humana, seguiría siendo inexistente mientras sigamos siendo seres humanos.

¿Albert Einstein estaba equivocado?
El laboratorio de física más importante del mundo divulgó un informe sobre un experimento que comprobaría que los neutrinos son más rápidos que la luz. Su teoría de la relatividad sostiene que no hay nada más veloz
¿Albert Einstein estaba equivocado?
Nuevas investigaciones y mediciones independientes deben corroborar o descartar la existencia de partículas elementales -llamadas “neutrinos”- capaces de viajar a una velocidad superior a la de la luz, afirmó hoy el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN).
El laboratorio de física más importante del mundo reaccionó con prudencia a la divulgación de los resultados de un experimento en el que participa y según los cualeslos neutrinos irían a una velocidad 20 partes por millón por encima de la velocidad de la luz, considerada como el límite de la velocidad cósmica.
Dadas las potenciales consecuencias de tal resultado, se requieren mediciones independientes antes de refutarlo o establecerlo de manera firme“, señaló la institución mediante un comunicado.
El descubrimiento se realizó en el marco del experimento Opera, que observa un haz de neutrino enviado desde el CERN -en la frontera de Suiza y Francia- al laboratorio de Gran Sasso, en Italia, que se encuentran a 730 kilómetros de distancia el uno del otro.
El resultado se basó concretamente en la observación de 15.000 neutrinos.
El CERN recordó que la posibilidad de que el neutrino sea más rápido que la luz “no concuerda con las leyes de la naturaleza” que son consideradas actualmente como ciertas, pero, al mismo tiempo, reconoció que es así como la ciencia avanza, “derribando las paradigmas establecidos”.
Esta es la razón, agregó, por la que se realizaron muchas investigaciones de probables“desviaciones” de la teoría de la relatividad de Einstein, que justamente se sustenta en que nada es más veloz que la luz.
Sin embargo, a pesar de los intentos, hasta ahora no se había encontrado “ninguna evidencia” que pusiera en cuestión la teoría del considerado padre de la física moderna.
Las fuertes limitaciones que emergen de estas observaciones hacen que sea improbable interpretar las medidas del experimento como una modificación de la teoría de Einstein“, recalca el CERN, que insiste en la necesidad de “buscar nuevas medidas independientes”.
“Después de varios meses de estudios y de cruzar informaciones, no hemos encontrado ningún efecto instrumental que pudiese explicar el resultado de la medida” descubierta, indicó el portavoz de Opera, Antonio Ereditato, citado en el comunicado.
Por su parte, el director de investigación del CERN, Sergio Bertolucci, reconoció que si el descubrimiento se confirma como cierto, “cambiaría nuestra perspectiva de la física“.
Opera se inauguró en 2006 con el objetivo principal de estudiar las raras transformaciones(oscilaciones) entre dos tipos de neutrinos.

Albert Einstein y lo malo del capitalismo
Albert Einstein y lo malo del capitalismo
El capital privado tiende a concentrarse en pocas manos, en parte debido a la competencia entre los capitalistas, y en parte porque el desarrollo tecnológico y el aumento de la división del trabajo animan la formación de unidades de producción más grandes a expensas de las más pequeñas. El resultado de este proceso es una oligarquía del capital privado cuyo enorme poder no se puede controlar con eficacia incluso en una sociedad organizada políticamente de forma democrática. Esto es así porque los miembros de los cuerpos legislativos son seleccionados por los partidos políticos, financiados en gran parte o influidos de otra manera por los capitalistas privados quienes, para todos los propósitos prácticos, separan al electorado de la legislatura. La consecuencia es que los representantes del pueblo de hecho no protegen suficientemente los intereses de los grupos no privilegiados de la población. Por otra parte, bajo las condiciones existentes, los capitalistas privados inevitablemente controlan, directa o indirectamente, las fuentes principales de información (prensa, radio, educación). Es así extremadamente difícil, y de hecho en la mayoría de los casos absolutamente imposible, para el ciudadano individual obtener conclusiones objetivas y hacer un uso inteligente de sus derechos políticos.

¡Sácale la lengua a la crisis! Palabras sabias de Albert Einstein
Sácale la lengua a la crisis! Palabras sabias de Albert Einstein.
"No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar superado.
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla". Albert Einstein

Frases
Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.
Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber.
Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.
La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.
Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.
Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos.
Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida.
Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad.
Los grandes espíritus siempre han encontrado una violenta oposición de parte de mentes mediocres.
Al principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor pertenece a los pensamientos.

Mis ideas y opiniones.
Albert Einstein. Mis ideas y opiniones.
Curiosa es nuestra situación de hijos de la Tierra. Estamos por una breve visita y no sabemos con qué fin, aunque a veces creemos presentirlo. Ante la vida cotidiana no es necesario reflexionar demasiado: estamos para los demás. Ante todo para aquellos de cuya sonrisa y bienestar depende nuestra felicidad; pero también para tantos desconocidos a cuyo destino nos vincula una simpatía.
Pienso mil veces al día que mi vida externa e interna se basa en el trabajo de otros hombres, vivos o muertos. Siento que debo esforzarme por dar en la misma medida en que he recibido y sigo recibiendo. Me siento inclinado a la sobriedad, oprimido muchas veces por la impresión de necesitar del trabajo de los otros. Pues no me parece que las diferencias de clase puedan justificarse: en última instancia reposan en la fuerza. Y creo que una vida exterior modesta y sin pretensiones es buena para todos en cuerpo y alma.
No creo en absoluto en la libertad del hombre en un sentido filosófico. Actuamos bajo presiones externas y por necesidades internas. La frase de Schopenhauer: «Un hombre puede hacer lo que quiere, pero no puede querer lo que quiere», me bastó desde la juventud. Me ha servido de consuelo, tanto al ver como al sufrir las durezas de la vida, y ha sido para mí una fuente inagotable de tolerancia. Ha aliviado ese sentido de responsabilidad que tantas veces puede volverse una traba, y me ayudó a no tomarme demasiado en serio, ni a mí mismo ni a los demás. Así pues, veo la vida con humor.
No tiene sentido preocuparse por el sentido de la existencia propia o ajena desde un punto de vista objetivo. Es cierto que cada hombre tiene ideales que lo orientan. En cuanto a eso, nunca creí que la satisfacción o la felicidad fueran fines absolutos. Es un principio ético que suelo llamar el Ideal de la Piara.
Los ideales que iluminaron y colmaron mi vida desde siempre son: bondad, belleza y verdad. La vida me habría parecido vacía sin la sensación de participar de las opiniones de muchos, sin concentrarme en objetivos siempre inalcanzables tanto en el arte como en la investigación científica. Las banales metas de propiedad, éxito exterior y lujo me parecieron despreciables desde la juventud.

Mis creencias
Albert Einstein - Mis creencias
En este volumen recogemos múltiples artículos, notas, conferencias, discursos y reflexiones filosóficas de Albert Einstein, que a veces rozan problemas científicos, pero que en su gran mayoría se refieren a tópicos candentes de su época, de la cual la nuestra es una continuación. En ello reside el valor de estos trabajos, casi todos breves, aunque sustanciosos.
En estos escritos, todos los cuales se hallan unidos por un hilo conductor: el destino del hombre, preservado para fines más nobles que la aniquilación mutua, y su preocupación por la vida comunitaria, se descubren las profundas conmociones que sacudieron el ánimo del científico en sus últimos años.