lunes, 13 de octubre de 2014

La biología sintética podría abrir otra caja de Pandora 10/10/14 Por Desmond Brown


Haití, el país más pobre de Occidente, es el principal productor mundial de vetiver y es imposible ignorar su presencia en el sudoeste de la nación caribeña. Pero los agricultores que lo cultivan con dificultad podrían recibir un duro golpe con la llegada de una nueva industria: la biología sintética.

De camino a Les Cayes, una de las ciudades más grandes del sur haitiano, uno queda maravillado con los campos de vetiver a ambos lados de la ruta. Y lo mismo sucede yendo desde allí a Port Salut.
El vetiver haitiano tiene buena fama entre los perfumistas y es un ingrediente clave de algunas de las más finas y caras fragancias del mundo.
Pero la biología sintética podría poner en peligro todo eso. Se la considera una “ingeniería genética extrema”, pues su objetivo es diseñar y crear microorganismos y sistemas biológicos sintéticos.
“En países como Haití, hay exportaciones agrícolas de alto valor que constituyen una parte importante de la economía y el volumen reducido de productos de alto valor comenzará a ser creado por compañías como Evolva, reemplazando productos realmente naturales”, se lamentó Dana Perls, de la campaña de alimentación y tecnología de la organización Amigos de la tierra Estados Unidos.
“Evolva crea fragancias y sabores con biología sintética y podrá ofrecerlos a un precio mucho menor, lo que terminará por eliminar la necesidad de agricultores especializados”, observó a IPS en en el marco de la 12 Conferencia de las Partes (COP 12) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), que comenzó en esta ciudad surcoreana de Pyeongchang el lunes 6 y se prolongará hasta el día 17.
El procesamiento del vetiver en Haití está a cargo de 10 destiladores, pero la actividad da trabajo a 27.000 familias agricultoras en el sudoeste de país. Para ellas, el cultivo tiene importantes beneficios de conservación, previene la erosión del suelo y ayuda a mantener la calidad del agua.
El valor global del mercado de biología sintética llegó a los 1.600 millones de dólares en 2011 y se prevé que alcance los 10.800 millones para 2016, aumentando a una tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) de 45,8 por ciento.
La participación de Haití en las exportaciones mundiales de vetiver aumentó de 40 por ciento, en 2001, a más de 60 por ciento, en 2007.
Pero tras la crisis económica mundial, las exportaciones haitianas cayeron en picada. Este país, que comparte la isla de La Española con República Dominicana, produce entre 50 y 60 toneladas de vetiver al año, alrededor de 50 por ciento del suministro mundial.
Unas 60.000 personas en la zona de Les Cayes dependen del vetiver, que es su principal fuente de ingresos. Este cultivo ocupa unas 10.000 hectáreas.
Antes de 2009, el valor de las plantaciones de vetiver de Haití era de entre 15 y 18 millones de dólares al año. Pero en los últimos tiempos, los ingresos de las exportaciones cayeron a unos 10 millones de dólares.
Si bien la biotecnología se ha descrito como la panacea para el cambio climático y otros males sociales, los detractores sostienen que eso todavía está por probarse. Crédito: Bigstock.
Amigos de la Tierra Internacional pidió cautela en el uso de la biología sintética y realizó varias recomendaciones en la COP 12.
“Recomendamos una moratoria sobre la liberación al ambiente y el uso comercial de la biología sintética, en especial ante la falta de normas internacionales y la virtual ausencia de evaluaciones ambientales y de seguridad”, explicó Perls.
“Instamos al CDB a adoptar un enfoque cauteloso, que ya acordaron los países al suscribir” el convenio, añadió.
“Este es un asunto nuevo y emergente y debe tratarse como tal. Muchos de los motivos de preocupación tienen que ver con el impacto ambiental, cultural y social de esta nueva tecnología, como que pasaría si un producto como el ginseng aquí se produjera mediante la biología sintética.
El daño para los pequeños agricultores en todo el país sería inmenso”, ejemplificó Perls.
“También tendría enorme impacto en países como Brasil, donde el alimento básico se cultivaría para producir estos organismos mediante la biología sintética, los que reproducirán cualquier cosa que hayas diseñado”, remarcó.
Si bien la biotecnología se ha descrito como la panacea para el cambio climático y otros males sociales, Amigos de la Tierra sostiene que todavía está por probarse que los microbios y las plantas pueden secuestrar más carbón del suelo y producir más combustible una vez procesados que los métodos convencionales.
La organización remarcó que “después de esas promesas incumplidas” emerge la biología sintética, una forma más extrema de ingeniería genética, que también se presenta como la solución para la crisis climática.
Amigos de la Tierra sostiene que la biología sintética no es una solución sostenible a la crisis climática y tiene el potencial de crear un montón de problemas nuevos.
Filipinas es el mayor productor mundial y exportador de aceite de coco.
Veinticinco millones de personas, de los 100 millones de habitantes que tiene el país, dependen directa o indirectamente de esta industria.
Neth Dano, gerenta de programa de ETC Group, dijo a IPS: “Hay mucho en juego para Filipinas” porque la biología sintética podría reemplazar el aceite de coco en el mercado global.
“En Filipinas, no se produce el coco en vastas plantaciones, sino a pequeña escala. Y en la estructura de la economía rural, sus productores están entre los más pobres”, explicó.
Dano dijo que el CDB, como órgano de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) responsable de monitorear las posibles consecuencias del desarrollo sobre la biodiversidad y su conservación, tiene mucho que hacer para atender las preocupaciones que genera la biología sintética.
“El CDB es el único órgano de la ONU que se ha ocupado de la biología sintética y atiende las preocupaciones sobre sus posibles consecuencias en la biodiversidad”, remarcó.
Dano mencionó que gran parte de los inicios comerciales de la biología sintética estuvieron vinculados al cambio climático.
“La primera investigación y los esfuerzos de desarrollo se concentraron en algas que pudieran producir biocombustibles, considerados una solución para el problema de las grandes emisiones de gases invernadero responsables del calentamiento global. De hecho, se presentó como una solución al cambio climático y como una estrategia de mitigación”, recordó.
“Las compañías petroleras invirtieron tanto en el desarrollo de biocombustibles modificando sintéticamente las algas, pero las inversiones no dieron resultados, así que ahora se concentran en una reducida producción de alto valor y ahí es donde entran los aceites láuricos”, añadió Dano.
Ecoportal.net
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Verónica Firme
Inter Press Service - IPS Venezuela